• El estudio científico de la política: Primero Europa, luego Estados Unidos

  • La teoría del Linkage, Conga y Chile

  • Carlos Franco fino y profundo autor de textos esenciales de la ciencia política en nuestro continente

  • Fouché. La leyenda negra

  • Tanaka:¿duro o realista con la ciencia política en la UNFV?

EL PROBLEMA DEL OBJETO DE ESTUDIO EN LA CIENCIA POLÍTICA

miércoles, 28 de diciembre de 2011 0 comentarios

Publicado en la Revista Avanzada UNMSM N°3, mayo 2007. Por Lic. Alberto Espinoza Castellares

LA TEORÍA DEL LINKAGE, CONGA Y CHILE

martes, 27 de diciembre de 2011 0 comentarios

Para chilenos y peruanos la guerra no es un negocio, aún las mentes más calenturientas  lo saben.


POR  LUIS F. POPA[1]
luispopa@hotmail.com

A simple vista que tiene que ver esta teoría de las Relaciones Internacionales, con la crisis gubernamental que padece la administración Humala en Cajamarca y nuestro vecino, Chile. Bueno, todo encaja como en un juego de dominó.

La famosa teoría del “linkage”, en realidad es la exportación de los problemas domésticos al exterior en búsqueda de la unidad nacional, del sentimiento patrio por encima de cualquier crisis interna. Mirándolo de esta forma, muchos académicos coinciden que los problemas locales son más fáciles de resolver o conciliar que los externos. Los actores políticos nacionales, al final, tratan de buscar soluciones que estén acorde al bien común del país. En el plano externo, las soluciones son diferentes, los intereses internacionales son más complejos, viéndolos desde el punto de vista del realismo político, los países no tienen amigos, sino intereses. Obviamente, el interés de una de las partes, no siempre van a ser los mismos de su par.

Gobiernos como el de China Popular, Cuba y Venezuela, en donde la ausencia democrática hace que el proceso de toma de decisión sea puramente dictatorial, la teoría del linkage funciona como forma de gobierno, bajo la consigna de la invasión del imperio norteamericano y la unidad del pueblo en los ejemplos cubanos y venezolanos, y en el caso chino bajo el pretexto del diferendo por el status de Taiwán, los gobernantes del gigante asiático tratan de unificar a su población frente al enemigo externo y de paso golpear a la disidencia interna; sin embargo, en las democracias representativas de cierta manera también es un proceso autoritario, ya que como nos plantea David Easton (The Political System, 1953), “…las decisiones son, los resultados del sistema político, mediante el cual los valores son autoritariamente distribuidos dentro de una sociedad…”, pero con la diferencia que el ciudadano le da un cheque en blanco al líder (el voto), para que tome decisiones por él.

El conflicto de Conga, nos ha puesto al descubierto a un gobierno con decisiones erradas y con un mal sentido de la negociación, en donde ha demostrado dos cosas:

1.    Un mal tomador de decisiones. Jugó al llamado modelo del retraso calculado, sin resultados, el verdadero tomador de decisiones, el actor racional unificado, en este caso Humala, ha delegado y ha preferido pasar al modelo de política burocrática (Allison, 1970), delegando dentro de su corte presidencial; corte, en la cual desde un primer momento se evidenció un gran desencuentro, con divisiones internas e intereses diferentes, terminando con un buen premier y diez ministros. Cuando quiere poner orden, le encomiendo la tarea a una persona que puede ser muy proba y de una gran fidelidad, pero es un inexperto en el complejo mundo de la política, la confiabilidad es necesaria para un líder, pero no la única.


El conflicto de Conga, nos ha puesto al descubierto a un gobierno con decisiones erradas y con un mal sentido de la negociación.

    El arte de negociar. La inexperiencia de Valdés, le ha llevado ser el típico negociador que plantea el tema a partir de posiciones, y no de intereses. Las posiciones casi siempre chocan y son encontradas. Los intereses, son en muchas ocasiones, diferentes. La misma naranja que disputan dos personas, para cada una tiene un uso diferente, uno la quiere para jugo y el otro, la desea (la cáscara) para un dulce. No se ha buscado expertos. Perú tiene personas con experiencia de negociador. Buscar a un buen cura para negociar, como se ha auto propuesto un sacerdote que cree estar por encima del bien y el mal, no es bueno, mejor un experto.

Entonces, por qué sacar el problema marítimo con Chile, eso que quede en La Haya. El presidente chileno, ha dicho en repetidas ocasiones, que las relaciones con Perú son a “dos cuerdas”. ¿Chile querrá un conflicto bélico con Perú? Debemos respondernos a clarificar las aspiraciones chilenas de ir al primer mundo, sus inversiones en Perú y en otros países. Además finalmente La Haya dará una solución salomónica, como siempre ha actuado. Ante Chile vigilante, sus intereses no son los nuestros, competimos, pero para chilenos y peruanos la guerra no es un negocio, aún las mentes más calenturientas lo saben.

La inexperiencia de Valdés, le ha llevado ser el típico negociador que plantea el tema a partir de posiciones, y no de intereses.


Qué objetivo tiene entonces que el segundo hombre de esta actual administración, involucrado en el conflicto de Conga, haga retumbar los tambores de guerra. Pura demagogia, simplemente desviar a la opinión pública hacia otra dirección. Me parece una irresponsabilidad política tremenda. El problema del premier Valdés, es su falta de experiencia, no es un operador político, no domina el arte de negociar. Tocó el tambor equivocado, tocó un tambor “batá” – una especie de tambor de la religión afro-cubano-brasileña, que es repercutido por los extremos. La teoría del linkage, ya Toledo lo utilizó en su administración.



[1] Profesor de la Facultad de Ciencias Sociales y de la Escuela de Gobierno y Políticas Públicas de la Pontificia Universidad Católica del Perú. También, docente de la Escuela de Ciencia Política de la Universidad Nacional Federico Villarreal y de su Escuela de Posgrado y del  Centro de Altos Estudios Nacionales. Consultor Internacional.


HOMENAJE DEBIDO. CARLOS FRANCO, EL SOÑADOR

lunes, 26 de diciembre de 2011 0 comentarios

Se interesó siempre por la democracia en el sentido de la igualdad de oportunidades y de la necesidad de participación de todos. 


POR MARIA DEL PILAR TELLO
mptello2@gmail.com
http://blogdemariadelpilartello.blogspot.com/

El Perú ha perdido a Carlos Franco sin todavía darle el homenaje que merece su ejemplar trayectoria de vida como distinguido intelectual, cabeza de generación y activista de las mejores causas nacionales y populares. Ha perdido un verdadero valor académico, político y humano.

Fino y profundo autor de textos esenciales de la ciencia política en nuestro continente, Carlos fue reconocido por su brillantez y también por su proverbial afabilidad y sencillez que lo hicieron amigo y maestro de muchos intelectuales y políticos de la izquierda democrática.

Carlos Franco ligó su nombre, pensamiento y vida a la necesidad del cambio social en nuestro país y en nuestro continente. Esa preocupación vital impregnó sus amaneceres que lo encontraron desvelado, leyendo y precisando conceptos que vinculaba con singular claridad, maestría y profundidad.

Carlos Franco ligó su nombre, pensamiento y vida a la necesidad del cambio social en nuestro país y en nuestro continente.


Se interesó siempre por la democracia en el sentido de la igualdad de oportunidades y de la necesidad de participación de todos. A ella dedicó sus mejores afanes desde su reducto del Centro de Estudios para el Desarrollo y la Participación (CEDEP) junto a un selecto equipo de amigos, íntegros intelectuales peruanos, con quienes editó la revista Socialismo y Participación.

Su sensibilidad social y su búsqueda reformadora lo llevaron a involucrarse, desde la trinchera civil, en la revolución velasquista en la que creyó y a la cual inspiró en lo que tuvo de democracia participativa. El primer gobierno del Apra le dio esperanzas de que algo se podría hacer por las mayorías abandonadas a su suerte. Pensó, escribió, estudió, activó y apostó con ilusión de soñador impenitente.

No siempre acertó y asimiló muchas frustraciones que sin embargo no amargaron su sonrisa tranquila y dulce, ni su invariable afecto para con sus amigos.

Como politólogo deja obras claves para la disciplina sobre el carácter del populismo en América Latina y la naturaleza de las transiciones de la dictadura a la democracia formal. Su libro “Acerca del modo de pensar la democracia en América Latina” (1998) es de obligada consulta para las escuelas de Ciencia Política pues aborda las limitaciones de la participación popular. Uno de sus textos más conocidos es Imágenes de la sociedad peruana: la otra modernidad (1991), donde define el proyecto democrático, nacional y popular.


Su libro “Acerca del modo de pensar la democracia en América Latina” (1998) es de obligada consulta para las escuelas de Ciencia Política pues aborda las limitaciones de la participación popular.


Bien lo describe Mirko Lauer, uno de sus grandes amigos “Carlos Franco fue un hombre bondadoso y amable, un espíritu sonriente, lector enciclopédico, conversador eximio y de largo aliento, caminante infatigable”. Quienes tuvimos el privilegio de su amistad, de conocerlo y escucharlo, lo vimos siempre entregado a su tarea misión, aunque en tertulias y en reuniones amicales no dudara en coger la guitarra y cantar. Deja un inmenso vacío intelectual, político, académico.

A entristecidos y agradecidos amigos y discípulos. Uno de ellos dice de él “No recuerdo un profesor más afable al tiempo que inteligente. Paciencia y saberse que uno no tiene la última palabra en el análisis de la política es lo que aprendí de él. Pero también la crítica indignada de las relaciones políticas desiguales, legitimadas por una cultura y una ideología ad hoc a la desigualdad”.

Su estela de humanidad, amor y brillo intelectual es sólo de grandes y distinguidos espíritus. Mi solidaridad y condolencias para Carmela Mayorga, su gran amiga y compañera inseparable, y para sus hijos, amigos de los míos, con quienes formó una maravillosa y ejemplar familia. Honor al honor.

LA CIENCIA POLÍTICA EN EL PERÚ: EL INICIO DE SU INSTITUCIONALIZACIÓN

domingo, 18 de diciembre de 2011 1 comentarios

Publicado en la Revista Mexicana de Ciencias Políticas y Sociales, setiembre-diciembre, 2008.

Por Beltrán Gómez Híjar, beltrandelima@msn.com

LA CRISIS ECONÓMICA DE EUROPA Y EL LLAMADO “BLINDAJE PERUANO”

martes, 13 de diciembre de 2011 0 comentarios


Los PIGS, se endeudan para beneficios de los bancos y los ricos que no pagan impuestos, lo cual, es beneficioso para estos últimos, pues el Estado se ve forzado a privatizar a bajos precios


Por Luis F. Popa[1]
luispopa@hotmail.com

Los llamado PIGS (cerdos en inglés) Portugal, Irlanda, Grecia y España, es que el principal problema que encaran, más que económico o financiero, es netamente político. ¿Por qué?, pues sencillamente por el enorme y contundente poder que tiene la banca y continuará teniendo, en lo que podemos denominar las estructuras de lo que conocemos como la Unión Europea, la llamada Eurozona; en donde predomina Alemania, el motor de la economía de dicha región y su comparsa política, Francia.

La prueba última han sido que en Italia y Grecia, es el poder financiero el que ha tomado el gobierno, es decir, el poder; tanto el recién primer ministro italiano Mario Monti, ex asesor de Goldman Sahs (uno de los grupos más grande de inversión del mundo, y que rompiendo la regulación de Estados Unidos pasaron de ser banca financiera a banca comercial para salvarse de la crisis del 2008) y el reluciente primer ministro griego Lukas Papadimos ex vicepresidente del Banco Central Europeo. Nos demuestran tajantemente que en este proceso que llamamos globalización, el poder real dejó de ser del ciudadano, sino de la banca.

Alemania es el motor de la economía de Europa y su comparsa política es Francia.

España es otro caso, en donde el  franquismo reciclado en el Partido Popular, es decir, la derecha, acaba de tomar el gobierno bajo la tutela del conservador Mariano Rajoy, hombre arraigado a la idea de que es el capital quien manda.

Hoy España exhibe la cifra de 5 millones de personas sin empleo, y en donde el estallido de los “indignados” hizo cobrar fuerza mundial en otras latitudes, en donde este modelo neoliberal ha comenzado a naufragar. Decenas de miles de personas se han quedado sin hogar en España al no poder abonar sus hipotecas. El eco llegó también a los indignados del otro lado, en Estados Unidos, a los indignados de Wall Street, los pobres en Norteamérica comienzan a multiplicarse.

Lukás Papadimos (Presidente de Grecia) -izquierda- Mario Monti
(Presidente del Gobierno de Italia) -derecha- Fuente de ambas imágenes, Wikimedia Commons.

Una de las tareas principales de la Eurozona, fue la baja de los impuestos para estimular la economía pues se partía del supuesto que los ricos consumirían más de lo que ahorrarían, pero al final al bajarse los impuestos se recorto el gasto público y el Estado no pudo estimular más la economía mediante inversiones en aquellas áreas necesarias para la creación de empleo. Los PIGS, se endeudan para beneficios de los bancos y los ricos que no pagan impuestos, lo cual, obviamente, es beneficioso para estos últimos, pues el Estado se ve forzado a privatizar a bajos precios.


En el Perú, nuestra economía es mineral (primaria exportadora) y que genera la tercera parte del presupuesto, y ante esta crisis pueden caer los precios

En el Perú, del “blindaje”, hay que recordar, que nuestra economía es mineral (primaria exportadora) y que genera la tercera parte del presupuesto, y ante esta crisis pueden caer los precios. China sigue siendo la salvación, ¿pero hasta cuándo? Otro tanto podría ocurrir con las exportaciones no tradicionales.

En días pasado un señor analista grita por TV, el mundo ante esta crisis está “sediento de oro” –ante el tema de Conga. Que desfachatez, el mundo está sediento y hambriento, pero no de oro, está sediento de una mejor calidad de vida para todos. No por gusto una cadena televisiva, CNN en español, daba los siguientes datos del Programa de las Naciones Unidas para el Desarrollo: Perú es el cuarto país con mayor pobreza infantil 73 por ciento, solo nos superan El Salvador, Guatemala y Bolivia. Esperemos el “blindaje” y la inclusión social, en especial para nuestros futuros ciudadanos.


[1] Analista internacional y profesor de la Pontificia Universidad Católica del Perú, Universidad Nacional Federico Villarreal (pregrado y posgrado), así como del Centro de Altos Estudios Nacionales.  



LA LEY DE CONSULTA PREVIA (1)

sábado, 10 de diciembre de 2011 0 comentarios

¿DERECHO A VETO? UNA LEY PARA LA CONSULTA, NO PARA LA DELIBERACIÓN

POR BELTRÁN GÓMEZ HÍJAR
beltrandelima@msn.com

El punto central de la discusión acerca de la Ley de Consulta Previa es esclarecer si esta otorga derecho a veto a las comunidades consultadas o no. El artículo 15, que trata sobre la DECISIÓN, nos dice que: “La decisión final sobre la aprobación de la medida legislativa o administrativa corresponde a la entidad estatal competente.” Hasta aquí, pareciera que la ley fuera clara al establecer que la última palabra la tendría el Estado, ya sea desde el Parlamento o del Ejecutivo.

Sin embargo, el mismo artículo, más adelante, refiere que: “El acuerdo entre el Estado y los pueblos indígenas u originarios, como resultado del proceso de consulta, es de carácter obligatorio para ambas partes.” ¿Y qué sucede si el “acuerdo” sea una negativa por parte de las comunidades consultadas para que se desarrolle un proyecto extractivo u otro que consideren inconveniente para su vida e intereses? ¿Y si el Estado no está de acuerdo con ese “acuerdo” de las comunidades?

Debemos tener claro que en el sistema democrático representativo bajo el cual se construye toda nuestra institucionalidad política, el cuerpo deliberante por excelencia es el Congreso de la República. Deliberar es el acto de considerar los pro y contra de una decisión antes de adoptarla. Deliberan los congresistas, las autoridades del ejecutivo en todos sus niveles con capacidad de decisión.

Presidente de la República, Ollanta Humala, promulgó en Bagua Ley de Consulta Previa para pueblos indígenas. Foto: ANDINA / Presidencia de la República. 06/09/2011


Consultar es el acto de tratar un tema con una o más personas. También se entiende como el solicitar una opinión, un parecer. El propósito de una consulta jamás es llegar a un acuerdo. Este último es el resultado de una deliberación. En la democracia representativa al pueblo se le puede –y se le debe si consideramos la democracia participativa- consultar para tener elementos de juicio durante la deliberación, acto que lo realizan las autoridades del Estado y los representantes de la nación (no de una parte de esta).

Si la Ley de Consulta Previa lleva en su título la palabra “consulta”, entonces es un error mayúsculo el que se le haya introducido la palabra “acuerdo”, pues esto no es la finalidad de consultar. Sin embargo, el mismo artículo también nos dice que: “En caso de que no se alcance un acuerdo, corresponde a las entidades estatales adoptar todas las medidas que resulten necesarias para garantizar los derechos colectivos de los pueblos indígenas u originarios…”

Otra vez la palabra acuerdo. Pero aquí incluso se puede dar una doble interpretación –si aceptamos el error ya mencionado de usar el término acuerdo: 1) El Estado adopta todas las medidas para que el proyecto que se trató no se lleve a cabo o, 2) El Estado realiza acciones para que el proyecto siga adelante, pero minimizando al máximo los potenciales impactos negativos que el proyecto pudiera tener contra los “derechos colectivos, su existencia física, identidad cultural, calidad de vida o desarrollo” de los consultados. La ambigüedad de una ley amplía el campo para la estrategia política.

Y más aún, la ley en su artículo 3 señala: “La finalidad de la consulta es alcanzar un acuerdo o consentimiento entre el Estado y los pueblos indígenas u originarios…a través de un diálogo intercultural que garantice su inclusión en los procesos de toma de decisión del Estado…” Algunos consideran que este artículo da derecho a veto, pues se habla de inclusión en los procesos de toma de decisión. 



El martes 23 de agosto de 2011, el pleno del Congreso aprobó por unanimidad el proyecto de Ley de Consulta Previa que otorga a los pueblos indígenas u originarios del país el derecho a pronunciarse sobre eventuales proyectos de carácter extractivo en sus territorios
                       
Sin embargo, el proceso de la toma de una decisión política incluye la parte de la consulta, parte previa a la deliberación. Así, la ley no daría derecho a veto, pues solo abarcaría una parte del proceso de toma de decisión política, a saber: consulta-deliberación-decisión.

Finalmente, se podría aducir que no necesariamente debemos regirnos por el sustento filosófico y legal de nuestro sistema político actual –la democracia representativa- y que se hace indispensable no sólo consultar, sino también deliberar con la población. Es cierto que la realidad moldea y cambia la filosofía política y la base legal de una sociedad, pero si empezamos a aceptar este cambio, tenemos que consentir también que se hace necesario no una simple reforma del Estado, sino un cambio profundo del sistema político actual, llegando incluso a discutir una alternativa a la democracia representativa de nuestros días. ¿Es eso lo que deseamos? 


TANAKA: ¿DURO O REALISTA CON LA CIENCIA POLÍTICA EN LA UNFV?

jueves, 8 de diciembre de 2011 2 comentarios

No es que tenga algo en contra de la Villarreal, sino que creo que podría mejorar si se pone las pilas, me dijo Tanaka


Por Isaac Sánchez Ruiz
isaac77710@hotmail.com

En el verano de 2006 acudí al Instituto de Estudios Peruanos, en el distrito de Jesús María, a entrevistar al profesor Martín Tanaka, previa coordinación con su secretaria mediante unos correos electrónicos. El politólogo accedió amablemente a concederme algo de su tiempo para responder mi cuestionario. En ese entonces preparaba mi tesis de licenciatura en Ciencia Política (CP). Le hice 26 preguntas, y la interrogante de yapa fue esta:
   
Respecto a su artículo “Los estudios políticos en Perú: ausencias, desconexión de la realidad y la necesidad de la Ciencia Política como disciplina”, ¿por qué fue tan duro con la Escuela de Ciencia Política de la Universidad Nacional Federico Villarreal (UNFV), ya que se refiere a ella en una cita?

“Escribí eso porque creo que la enseñanza en la CP a nivel internacional está básicamente estandarizada, es decir, en general se entiende una sola cosa por CP. Por ejemplo, en la economía uno sabe que hay asignaturas que tiene que estudiar como microeconomía, macroeconomía, finanzas, cursos que de cajón tienen que estar en cualquier facultad que enseñe esa carrera”.

“En CP más o menos es así. Hay cursos que uno tiene que llevar, autores, teorías, textos que uno tiene que manejar; o sea, investigadores que uno tiene que conocer, libros que uno tiene que haber leído para decir que ha estudiado CP, y si uno mira el plan curricular de CP en la UNFV eso no se encuentra. A mi parecer se observa una miscelánea de cursos que no se ajustan exactamente a este canon entre comillas de lo que es la carrera”.  

“Por eso he sido ‘un poco duro’, como dices tú, con la Escuela de CP de la UNFV. No es que tenga algo en contra de la Villarreal, sino que creo que podría mejorar si se pone las pilas. Cabe destacar que no basta ponerse el nombre de Ciencia Política para ser considerada una Escuela de Ciencia Política”.


Según Tanaka: Hay cursos que uno tiene que llevar, autores, teorías, textos que uno tiene que manejar; o sea, investigadores que uno tiene que conocer, libros que uno tiene que haber leído para decir que ha estudiado ciencia política

¿Y qué cursos y autores ha visto a nivel internacional?  

“Bueno, lo que pasa es que la CP nace como disciplina profesional muy claramente en las décadas de los cincuenta y sesenta. Entonces hay una serie de asignaturas que se tienen que estudiar como sistema de partidos, sistemas electorales, teorías de la democracia, metodología, tanto cualitativa como cuantitativa; teorías políticas, teorías de modernización, teoría del desarrollo político..., en fin, una serie de materias”.

Considero que el cientista político Tanaka fue, más que duro, realista con la Escuela de  CP de la UNFV. Pues un cambio en la malla curricular de la Escuela Profesional es importante y urgente, en función de criterios y asignaturas internacionales que vayan de la  mano con la demanda laboral peruana.

En efecto, para considerarse politólogo no solamente basta con tener un título universitario, sino hay que profundizar en temas, autores, teorías, todo ello complementado con trabajo de campo, y esto se expresa en investigaciones serias. Como indica el científico político Fabián Vallas, la consigna del politólogo es: "Escribo, luego existo".

Para Tanaka no basta ponerse el nombre de Ciencia Política para ser considerada una Escuela de Ciencia Política.

Por eso, hoy, el egresado y el estudiante de CP de la Villarreal deben leer literatura politológica actual, investigar, escribir y publicar, y no conformarse con lo que los profesores les enseñaron en las aulas ni con el cartón universitario. Hay que ser politólogo de verdad, de la “p” a la “o”.

UN INSTRUMENTO PARA PROMOVER LA CIENCIA POLÍTICA EN EL PERÚ

miércoles, 7 de diciembre de 2011 0 comentarios


El blog oficial de la Escuela de Ciencia Política de la Universidad Nacional Federico Villarreal es una vitrina en el ciberespacio, para la comunidad politológica Villarrealina.

El objetivo del blog es que profesores, egresados y alumnos publique en este espacio sus artículos, investigaciones y ensayos. De esta manera, fomentar e intercambiar apreciaciones entre  estudiosos e interesados en temas de ciencia política en el país.

Por tanto, el blog exige organizar nuestro tiempo para leer, investigar, reflexionar y analizar los fenómenos políticos tanto nacionales como internacionales.

Es apropiado mencionar que el blog de la Escuela de Ciencia Política es un punto de inicio para que en un futuro no muy lejano se publique trabajos académicos en una revista impresa y tener una página web.

Agradecemos el apoyo y colaboración en la construcción de este blog a Carlos de la Torre, José Mestanza, Ansuanet Olvea, Manuel Castañeda e Isaac Sánchez.

DIÁLOGO PERO CON FRUTOS. CRISIS DE CONFIANZA

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No se trata de anular totalmente Conga para que otros proyectos mineros                   también sean anulados



POR MARÍA DEL PILAR TELLO

La suspensión del proyecto Conga puede constituir una victoria para el país o un fuerte revés. Estamos ante una tregua en la que se juegan la imagen del gobierno, el futuro de la inversión minera, la inclusión social, pero también la preservación de los recursos naturales, la defensa de la dignidad, el punto de vista de la comunidad y el modelo de modernidad. Todos elementos de una lección que el país, el gobierno, la empresa y la comunidad deberán asimilar y que será clave para la capacidad de enfrentar con éxito otras previsibles colisiones.



"Yanacocha comunica a la opinión pública que, a exigencia del Supremo Gobierno y en aras de que se restablezcan la tranquilidad y la paz social en Cajamarca, ha decidido suspender las actividades del Proyecto", señaló la empresa en un comunicado de prensa


Estamos en momento de rectificaciones. Yanacocha reconoce la autoridad del Gobierno peruano y asume sus planteamientos de una nueva relación entre empresa minera y comunidad. Del gobierno deberíamos esperar no sonoras pero si efectivas rectificaciones desde que el mismo presidente se apresuró a decir Conga va, lo que agudizó el conflicto cuando aún no se conocían las observaciones del Ministerio del Ambiente claves para explicar y justificar la suspensión.

Es cierto que, como dijo Salomón Lerner, le toca al pueblo decidir que el diálogo y la negociación reemplacen la violencia, que suspendan también su huelga. Pero no parece tan fácil, la desconfianza se ha instalado y se requiere mayores señales de respeto y coherencia para trabajar por una minería responsable dentro de un esquema de desarrollo que beneficie a todos. Demasiadas dudas e incógnitas subsisten en torno a Conga que solo podrán ser despejadas con peritajes insospechables de parcialidad, de instituciones internacionales de solvencia incuestionable.



Estamos en momento de rectificaciones


Y es que a muy pocos convence el maximalismo del proyecto que supone secar cuatro lagunas, dos porque el oro está debajo y dos como depósito de la tierra que se removerá. Esto último aparece excesivo y hasta injurioso para pobladores de alta sensibilidad y hasta veneración por la naturaleza. No consideran aceptable que la minera construya reservorios de agua con el doble de capacidad de las lagunas para irrigar toda la zona cuando falte agua de lluvias.


Hay mucho camino para convencer. Es el momento de usar lo que Joseph Nye llama el poder blando, el de la persuasión razonada y reflexiva, opuesto al poder duro de la imposición armada y violenta que lleva a tragedias como Bagua. La población tiene sus derechos respetables, reducir el problema a simple agitación extremista es no querer verlo en profundidad. Si bien hay radicales que persiguen réditos políticos la población no es tonta, la racionalidad se impone cuando está bien fundamentada. La relación de la minería responsable con las banderas de inclusión social del gobierno es evidente, si no hay suficiente recaudación fiscal generada por la minería no habrá recursos para los programas prometidos.



Hay mucho camino para convencer


Con la suspensión se ha evitado situaciones extremas en un conflicto que podía estar al límite. La violencia sin control arrastra a la inestabilidad y a la ingobernabilidad. Bien que el gobierno la haya exigido para agotar esfuerzos de convencimiento. La desconfianza ha hecho crisis y en esto la primera responsabilidad es de Yanacocha dentro de lo que cada gobierno le permita.

Los sectores extremistas quisieran radicalizar pasiones en tanto la derecha también extremista exige firmeza y coacción contra la población. Ni uno ni otro es válido. Se ha comprado tiempo para afrontar la profunda desconfianza que impedía el diálogo, acumulada en largos años de abusos y excesos, que ojalá el gobierno logre corregir con una nueva política que obligue a las mineras a servir a la comunidad y a respetar un ambiente sano en el camino a la modernidad a
la que tienen derecho.

Los sectores extremistas quisieran radicalizar pasiones en tanto la derecha también extremista exige firmeza y coacción contra la población. Ni uno ni otro es válido.


No se trata de anular totalmente Conga para que otros proyectos mineros también sean anulados. Se trata de debatirlo y exigir que se demuestre su viabilidad. Asimilar esta lección permitirá que el entendimiento se imponga para resolver problemas sin represión ni violencia.

MURIÓ UNO DE LOS MÁS REPUTADOS CIENTÍFICOS POLÍTICOS

martes, 29 de noviembre de 2011 0 comentarios

O´ Donnell fue el académico argentino en ciencia política de mayor prestigio en el exterior.



Ha muerto Guillermo O'Donnell, el politólogo que analizó la democracia. El intelectual tenía 75 años. Fue doctor en Ciencia  Política de Yale y miembro de la Academia Norteamericana de Artes y Ciencias. Será velado en la Legislatura porteña.

La comunidad politológica villarrealina con todo afecto y cariño expresa nuestras más sinceras condolencias a la familia del destacado cientista político Guillermo O'Donnell.

El científico político Guillermo O'Donnell fue velado desde la noche de ayer hasta la 1 de la madrugada de hoy, y desde las 8:00 horas hasta el mediodía, en la Legislatura de la Ciudad de Buenos Aires. Asimismo sus restos serán trasladados hacia el cementerio de la Recoleta, en Junín 1760.

Don Guillermo O'Donnell no fue un politólogo cualquiera, es un reconocido académico argentino por sus estudios sobre las transiciones democráticas, ha sido profesor de la Universidad de Yale y residente en el exterior.

O´Donnel dice: En América latina la democracia es más delegativa que representativa.

Entre las numerosas distinciones que recibió se encuentran el premio de la Asociación Internacional de Ciencia Política, asociación de la que fue presidente. En 1995 fue nombrado Doctor Honoris Causa de la Universidad de Buenos Aires y en 1996 recibió el Premio Konex en Ciencias Políticas, además del título honorífico de ciudadano ilustre de la Ciudad de Buenos Aires.

Considerado como el académico argentino en ciencia política más reconocido en el exterior, comenzó en los años sesenta su estudio del Estado autoritario observando la denominada "Revolución Argentina", el gobierno militar que dirigió la Argentina entre 1966 y 1973. Y plasmó sus observaciones en los libros Modernización y autoritarismo (1972) y El Estado burocrático autoritario (1982), este último convertido en un clásico de la Ciencia Política.

Luego, desde la recuperación democrática de 1983, profundizó sus estudios sobre la democracia, en los volúmenes Democracia macro y micro (1982) y Transiciones desde un gobierno autoritario (coeditado, 1988).

Defensor y analista crítico de la democracia como forma de gobierno, O'Donnell desarrolló en la década de los noventa el concepto de democracia delegativa para identificar los procesos democráticos institucionalmente débiles con poderes ejecutivos centralizados de América Latina y Europa del Este que, según su análisis, no alcanzaron a establecer democracia representativa.

O´Donnell fue profesor de la cátedra Helen Kellog de Ciencia Política del Instituto Kellog en la Universidad de Notre Dame, investigador del Instituto de Estudios Avanzados de la Universidad de Stanford. También ejerció la docencia en la Universidad de São Paulo (Brasil) y de la Universidad de California (Estados Unidos) y dirigió el Centro de Estudios de Estado y Sociedad (CEDES) en la Argentina.
En este período publicó Contrapuntos: ensayos escogidos sobre autoritarismo y democratización (1997), Pobreza y desigualdad en América Latina (coeditado, 1999), La (in)efectividad de la ley y la exclusión en América Latina (coeditado, 2001).

O'Donnell, padre de los periodistas María y Santiago, y hermano del historiador Mario "Pacho" O'Donnell, luego de vivir varios años en el exterior, donde dio clases en las principales universidades del mundo, regresó al país en 2009. Obtuvo el grado de doctor en Ciencia Política por la Universidad de Yale, miembro de la Academia Norteamericana de Artes y Ciencias, profesor e investigador de universidades como las de California, Stanford, Oxford, Cambridge y Notre Dame.

En su último libro Democracia, agencia y Estado. Teoría con intención comparativa (2009-12), rescata la figura del ciudadano como agente, rol que implica tantas respondabilidades como derechos. "Aunque hablemos de algo restringido como la democracia política, si uno mira con cuidado, descubre que ahí ya está puesto, por la legalidad que impone el mismo régimen político, un agente. 


Si a mí se me da el derecho, no sólo a participar libremente de reuniones y opinar, sino también a elegir y, sobre todo, a intentar ser electo, se me está diciendo, de una forma legalmente sancionada, que yo soy un agente: tengo la capacidad cognitiva y moral, salvo prueba en contrario, de participar en la toma de decisiones colectivas eventualmente respaldadas por la coacción del Estado. 


Ese es el núcleo fundamental de la democracia. A nosotros, ciudadanas y ciudadanos nos corresponde desarrollar y potenciar eso: actuemos como agentes, es nuestra responsabilidad y nuestro derecho", explicó en la última entrevista con Revista Ñ, en marzo de 2011.

Descansa en paz, maestro.


ANÁLISIS COMPARATIVO DEL SISTEMA BIPARTIDISTA

lunes, 28 de noviembre de 2011 0 comentarios

Según Sartori: Un sistema de partidos se definiría no por el número de partidos existentes en una realidad sino por la capacidad de estos para convertirse en gobierno.



Por Alberto Espinoza Castellares

1. Situación de la disciplina

La ciencia política es una disciplina que, como reconoce Sartori[1] ha encontrado dificultades para consolidarse, debido a tres problemas, en primer lugar, la gran diversidad de enfoques que coexisten dentro de ella, a tal grado que a veces parece que se hablan lenguajes diferentes[2], así por ejemplo tenemos al Institucionalismo, al conductismo, el funcionalismo y el culturalismo, entre las corrientes más en boga en estos últimos años, cada una centra su atención en objetos o unidades de análisis diferentes, cada una emplea procedimientos metodológicos y explicaciones teóricas divergentes, cada una, por último aplica estrategias de investigación que responden a sus intereses pero que no permite armonizar el conocimiento, por ello, a pesar de existir un desarrollo cuantitativo importante en la ciencia política, una mayor producción académica, cualitativamente todavía tiene problemas para articularse como una ciencia unitaria.

En segundo lugar, otro problema, que ya reconocía Easton[3] era la mezcla dentro de nuestra disciplina de teorías normativas y teorías empíricas, las primeras provenientes del mundo de la filosofía que entorpecen la tarea del investigador pero de las que la ciencia política nunca pudo desprenderse completamente, tal es así que hoy todavía arrastramos este lastre, mientras que el segundo tipo de teorías apenas y si existen o son tomadas en cuenta, razón por la cual precisamente abundan en la disciplina distintos enfoques, la pretensión nuestra es abandonar las teorías normativas e intentar fortalecer las teorías empíricas, sin por ello descartar uno de los objetivos de toda ciencia que es el predecir, pero que no se confunda esta capacidad que debe tener toda ciencia con el hecho de formular apreciaciones valorativas sobre los hechos estudiados.

Finalmente un tercer problema que enfrenta la ciencia política actual, es el planteado por Nevil Johnson[4], quien en su trabajo señala que la ciencia política a estado bajo la influencia de dos formas de aproximarse al hecho político, esto es, a través de la micropolítica o de la macropolítica, es decir ver los hechos desde la perspectiva del individuo, como fue el caso de Laswell[5] o más recientemente Jarol Manheim[6], o ver al individuo como parte de un todo mucho mayor, es decir inserto dentro de un sistema político societal, como es el caso de Easton[7], Deutsch[8], Almond[9], entre otros, y aún en nuestros días la pregunta sigue siendo, ¿cuál es la perspectiva correcta?, ver el todo, al sistema político como unidad o al individuo, para Francis Sorauf[10] la solución está en una posición intermedia entre estas dos perspectivas extremas, es decir, no quedarse en el sistema político pero tampoco perderse en el individuo, esta perspectiva es la que centra su atención sobre actores políticos intermediarios entre ambos extremos como es el caso de los partidos políticos, tal vez esta sea una de las razones por las cuales han sido y son uno de los fenómenos políticos más estudiados por nuestra disciplina.

Es cierto que la ciencia política no se reduce al estudio de los partidos políticos, que hay otros aspectos de la realidad política igual de interesantes para ser estudiados, sin embargo aún cuando se habló de la crisis y hasta desaparición de los partidos, estos siguen siendo un foco de interés para la disciplina, razón por la cual llevaremos a cabo un análisis aproximativo de un aspecto limitado de este fenómeno.

No creo necesario realizar una exposición de cómo nace este tipo de estudios debido a que existe una amplia bibliografía al respecto[11], en cambio si es importante señalar cual es la orientación que daremos al tema en vista que pretendemos llevar a cabo un estudio comparado.

2. El método comparado en la ciencia política

Hay una gran variedad de libros que hablan de la política comparada[12], hay hasta quienes consideran a esta una rama de la ciencia política[13], sin embargo, suscribo la opinión de Giovanni Sartori al respecto, quien afirma que la comparación es en realidad un método y no un campo particular de la ciencia política[14]. Es decir, no se trataría de un cuerpo sustantivo del saber sino de un conjunto de principios metodológicos que permiten analizar dos o más realidades equivalentes.

Supongamos que hemos establecido que un sistema de partidos es claramente comparable con otro sistema, quedaría por establecer cuál es la estrategia comparativa a adoptar, a veces se subrayan las similitudes o se buscan analogías en sistemas diferentes, así por ejemplo podríamos contraponer sistemas de partidos competitivos con aquellos que no lo son, tomando como referente el sistema político en el que se insertan, o podríamos comparar sistemas de un solo partido con sistemas de más de tres partidos, tomando como referente la estabilidad política de los sistemas o el equilibrio alcanzado en estos.

Podemos elegir los sistemas más semejantes o bien sistemas más diferentes, en el primer caso serán sistemas cercanos, es decir similares en la mayor cantidad de características posibles o por el contrario, en el segundo caso relacionar sistemas que difieren en la medida de lo posible en todo salvo en el fenómeno que se investiga.

Y toda esta perorata no es en vano, pues nuestra pretensión es comparar dos sistemas de partidos que suelen clasificarse en el mismo grupo, como sistemas bipartidistas, me refiero a los sistemas de partido pertenecientes a los EE.UU y a Gran Bretaña, de los que siempre se nos ha presentado como iguales o por lo menos muy parecidos, en razón de que en ambos sistemas predominan dos partidos, sin embargo, luego de haber examinado alguna bibliografía relacionada a dichos casos encuentro sustanciales diferencias que cuestionarían hasta el hecho de ubicarlos en un mismo grupo, aquí nuevamente el problema es el punto de referencia que se tomo respecto a la comparación, pero ello iré desarrollándolo en el transcurso del presente trabajo.

3. El sistema bipartidista

Duverger define a! sistema de partidos como aquel espacio societal donde coexisten un número determinado de partidos, clasificando estos en tres tipos, de partido único, bipartidismo y multipartidisrno, sin embargo su definición es poco útil, pues sabemos que en aquellos países clasificados como sistemas de dos partidos existen más de dos partidos en la realidad, por ello Sartori[15] introduce otros criterios en la definición, además del factor numérico, es mucho más importante saber cuantos de estos partidos realmente pueden convertirse en alternativa de gobierno, este entonces sería un factor que define más claramente a los sistemas de partidos.Es decir un sistema de partidos se definiría no por el número de partidos existentes en una realidad dada sino por la capacidad de estos para convertirse en gobierno.

Regresando a los sistemas bipartidistas, diremos que se trata de un sistema de dos partidos que se caracteriza por la existencia de dos partidos principales (estructura bipolar), que consiguen en la práctica más del 90 por ciento de los escaños de la representación legislativa, de acuerdo con esos resultados electorales gobierna uno u otro sin necesidad de formar coalición con un tercer partido, lo que implica que los electores tienen una influencia directa en la determinación del partido que tiene que gobernar, el gobierno formado por un solo partido y la expectativa de alternancia son pues las dos características principales del bipartidismo, sin embargo los límites entre el bipartidismo y el pluripartidismo moderado puede ser muy tenue como veremos más adelante.


Ahora bien, a nivel del sistema bipartidista podemos hablar de dos tipos o sub modelos; el bipartidismo perfecto, en donde participan y predominan, en franca y libre competencia, dos partidos políticos que suman alrededor del 90% del electorado, modelo que prevalece entre los países anglosajones (Gran Bretaña, Estados Unidos, Canadá, Australia y Nueva Zelanda), pero también existió en Austria y Uruguay, aunque en realidad se trataría de la excepción y no de la regla pues como veremos en el caso emblemático Inglés su sistema en un período de casi cincuenta años fue imperfecto, por la presencia de un tercer partido.

Por otro lado tenemos el bipartidismo imperfecto, producido porque al lado de los dos partidos importantes existe un tercero que, si bien no tiene mucho arraigo electoral es valioso para lograr la estabilidad en el Parlamento y el Gobierno. En este caso, uno de los dos partidos principales debe, por lo general, formar alianza con el tercero para poder tener el control del gobierno, a ello los especialistas han llamado modelo de dos partidos y medio[16], es el caso de Alemania, Bélgica, Ceilán, Colombia, Filipinas y el Japón, aunque este último en algún momento fue más bien del tipo de partido hegemónico.

Ahí ya podemos ver como el bipartidismo imperfecto se aproxima mucho a la idea de un pluripartidismo moderado, presencia de tres partidos en el sistema, pero nuestro interés no se centra en este problema sino en las diferencias que existen entre partidos que se encontrarían aún en un mismo sub modelo de sistema bipartidista perfecto.

Para Sartori[17], el sistema bipartidista es la categoría mejor conocida, ello se debería a que es un sistema relativamente sencillo[18], sin embargo parece ser más un sistema idealizado pues ni siquiera existe un consenso entre los especialistas para definir que países tienen este tipo de sistema, para Dahl son ocho países, incluidos Panamá, Filipinas y el Uruguay, para Blondet son 21 los países, Sartori inicialmente considera seis países, Gran Bretaña, Estados Unidos, Nueva Zelanda, Australia, Canadá y Austria que practicó un sistema de grandes coaliciones, como hoy ocurre en Chile así que propiamente no se hablaría de bipartidismo, sin embargo Australia tiene de hecho tres partidos importantes, y el Canadá podría parecer todavía más anómalo que Australia, así que quedarían sólo tres países, Gran Bretaña, Estados Unidos y Nueva Zelanda, pero como el mismo Sartori afirma, el golpe final llega con el argumento de que el bipartidismo inglés y el estadounidense son tan diferentes que tiene muy poco sentido clasificarlos juntos, este precisamente es el núcleo de nuestro ensayo, demostrar donde radican las diferencias entre ambos sistemas de partidos.

Para León D, Epsein[19] los sistemas de dos partidos son una rareza y menciona únicamente a Gran Bretaña, Australia, Canadá, Austria, Estados Unidos, Nueva Zelanda y Alemania Occidental, a los que probablemente podría añadirse los países americanos como Uruguay, Colombia, Nicaragua y Honduras, volvemos a ver aquí la falta de consenso sobre que casos incluir y cuales dejar afuera, en todo caso creemos que la clasificación de Sartori es mucho más acertada que las otras clasificaciones citadas, aún cuando el mismo Sartori termina solo incluyendo en esta tipología tres casos como bipartidismos perfectos y agrega que se trata de una clasificación flexible debido a que los casos son en realidad muy recientes, salvo el caso de los Estados Unidos, pero sólo tomado a nivel Federal.

4. Limitaciones a la competencia entre dos partidos

Idealmente el sistema de dos partidos debería caracterizarse por la frecuente alternancia de estos y una opción significativa para los votantes en cada elección. En la medida en que estos requisitos se cumplen, el sistema de partidos podría constituir un excelente mecanismo de gobierno popular capaz de solucionar problemas. Sin embargo, los sistemas de dos partidos rara vez funcionan así y puede verse este comportamiento en el estudio realizado por Sartori, quien analiza las elecciones de EE.UU. y Gran Bretaña encontrando mas bien largos períodos de tiempo de uno u otro partido.

En un estudio de la política estatal en Estados Unidos Peter Merkl[20] señala que la competencia política entre los dos partidos principales no es un fenómeno frecuente como suele creerse. Particularmente, fuera de las áreas urbanas, el dominio de un partido está muy difundido y el peso de la oligarquía no competitiva sólo se alivia mediante la competencia interior en las elecciones primarias del partido dominante[21].También desde el punto de vista Nacional, según Merkl, la competencia de los dos partidos en este país ha sido una excepción más que una regla. Son testigo de ello los largos periodos de preponderancia republicana y demócrata en los últimos cien años, aún cuando en los últimos gobiernos hemos podido observar una mayor alternancia entre los partidos, un período Republicano más bien largo en el que ocuparon la presidencia Ronald Reagan y George Bush, luego un período demócrata, de dos periodos gubernamentales, con Bill Clinton y nuevamente el retorno a la presidencia de los Republicanos, aunque como dice Sartori, tal vez lo más importante es que el segundo partido, el partido de la oposición mantiene una real capacidad para hacerse del gobierno, en todo caso lo que tendría que cambiar es nuestra idílica percepción de este sistema de partidos.

Pasaremos entonces al estudio del sistema de partidos en los casos de Gran Bretaña y los Estados Unidos, tratando de hacer notar las diferencias que existen entre ambos.
  
5. El sistema de partidos en Gran Bretaña

El moderno sistema de partidos es un producto directo de la ampliación del electorado. La ley de Reforma de 1832, si bien aumentó en un 39 por ciento aproximadamente el número de personas con derecho a votar, tuvo escasas consecuencias inmediatas sobre la composición social de la Cámara de los Comunes, pero no obstante marcó el principio del fin de la Cámara de los Comunes como un círculo cerrado en el que grupos y fracciones se disputaban el poder.

Los comienzos del partido de masas en Gran Bretaña fue después de 1832, cuando se crea la sociedad de registro cuya finalidad era asegurar simplemente que todas aquellas personas con derecho a votar pudiesen comprobar sus nombres en las listas de votantes, como señaló Ostrogorski[22], el registro se convirtió en un requisito a través del cual los partidos, hasta entonces confinados al Parlamento, se labraban su camino en las circunscripciones y cubrían gradualmente el país entero con la red de su organización.

Así tenemos la aparición de una de sus características más marcadas de los partidos ingleses, sobretodo del Partido Conservador, y es el enorme poder que parece concentrar en manos de su jefe, una vez elegido no se le exige que informe de algún modo sobre su labor como jefe al partido, él elige a sus colegas ministeriales, es decir una de las características de los partidos británicos es esta estructura vertical en su organización, poseen dentro del partido secciones que se encargan de evaluar la línea seguida por los demás integrantes, una especie de comités de disciplina, que funcionan sobretodo en los momentos que han de llevarse a cabo las votaciones dentro del recinto parlamentario.


Otra característica es la presencia de estructuras burocráticas dentro del partido, que hacen posible la articulación de este a nivel Nacional, ello, es cierto, les permite tener una presencia en todos los rincones del país, pero además es utilizado como estamentos en los que tiene que insertarse aquellos que quieran seguir una carrera política, estos estamentos no hacen posible que advenedizos puedan convertirse de la noche a la mañana en dirigentes nacionales, cargo que se ocupa luego de un largo periplo por cargos de menor importancia, así los grandes dirigentes de los partidos no son elegidos, sino que surgen, se hacen con el tiempo.

La duración del tiempo de servicio del Jefe del Partido en el Parlamento antes de ser elevado a la jefatura es en promedio de 15 a 24 años y el promedio de años que dura sus servicios como jefe del partido es de 9 a 10 años, otro dato interesante es la edad que tiene el jefe al momento de su designación a la jefatura en promedio es de 58 años.

El jefe de un partido político inglés tiene una enorme autoridad sobre sus partidarios, cualesquiera que sean las limitaciones que los estatutos de su partido pueda tratar de imponerle, pues será él quien distribuya ios cargos ministeriales, razón por la cual todos los miembros del Parlamento deben ponderar sus razones antes de atacar o criticar o incluso disentir públicamente de la posición de su jefe. Y, sobretodo, debe reflexionar profundamente antes de complicarse en cualquier actividad que pueda ser considerada como rebelión contra él. Si cae en desgracia perdiendo el favor del jefe, puede arruinar su carrera política.


Estas consideraciones son aplicables a ambos Partidos, Laboralista y Conservador, son consecuencia directa de! enorme incremento que se ha producido en las últimas décadas en los poderes de los Ministros y su Gabinete, unido al enérgico reajuste de la disciplina del partido que ya habíamos comentado, situación impensable en el caso norteamericano.

La organización administrativa del Partido Conservador sobretodo, aún en la oposición es la siguiente: el jefe selecciona entre sus partidarios a aquellos a quienes desea tener como consejeros permanentes. Este grupo se conoce técnicamente como Comité consultivo y popularmente como "Gabinete en la sombra", los demás miembros del partido no toman parte en la selección de los que serán miembros del gabinete en la sombra, solo el jefe elige la oligarquía que controla los asuntos del partido mientras se halla en la oposición[23].


Hasta aquí ya tenemos algunas diferencias respecto a como se organizan los partidos políticos en Gran Bretaña, nos gustaría seguir ahondando más en estas diferencias pero razones de tiempo no nos permitieron llevar a cabo este trabajo.

6. El sistema de partido en los Estados Unidos

Como ya lo señalaba Tocqueville[24], Estados Unidos se caracteriza por la creación de una gran cantidad de asociaciones, además de una gran variedad, que sirven de filtro entre el poder y los individuos, habría un fuerte espíritu de participación social por lo menos, que por otro lado fomenta la descentralización y que serán parte de las características del sistema de partidos en este país.

Como veremos a continuación las diferencias entre ambos sistemas es notable, pues a diferencia de lo que vimos en el caso Inglés, la estructura de los partidos estadounidenses (con escasa disciplina, falta de un programa común, organización diversificada de los cincuenta partidos demócratas o Republicanos de cada Estado) determina que su bipartidismo sea más bien aparente y sólo se concrete en el proceso de las elecciones presidenciales, pues en el caso de algunos Estados estos grandes partidos ocupan un tercer lugar frente a partidos locales que obviamente dificultan la comprensión de este sistema.

Un trabajo interesante sobre los partidos norteamericanos es el desarrollado por E.E. Schattschneider[25], del que nos valdremos para este análisis comparativo, en su obra, explica que la mejor prueba del carácter rudimentario de los partidos en Estados Unidos es el hecho de que se apoyan ampliamente en el patronazgo para el montaje de la organización y sus demandas de contribución en dinero o colaboración en sus distritos electorales son ridículamente pequeñas. El partido tiene un bajo nivel de organización[26], a diferencia de lo que ocurre en Inglaterra.

En la mayor parte de los Estados el partido carece de control sobre sus miembros. Cualquier elector puede, por propia iniciativa y declaración, hacerse inscribir por un funcionario público (designado para ello) como miembro de un partido. El partido como tal no es consultado. No hay una aceptación de la instancia de ingreso, no se somete a votación ni puede denegarse; no hay norma por las que el partido pueda expulsar a un miembro.[27]

Además el miembro no asume obligaciones para con el partido, no se ligan mediante juramento, no pagan cuota de afiliados, tampoco tienen obligaciones que cumplir en virtud de su carácter de miembro, no se le pide que haga propaganda ni que participe en la campaña, no es obligatoria la asistencia a las reuniones del partido y tampoco votar por los candidatos del mismo, en realidad, ni siquiera se le exige que vote.

Si quiere abandonar el partido no precisa hacer una renuncia expresa de su condición de miembro, ni siquiera ha de notificarlo; sencillamente, acude a las autoridades para inscribirse en otro. La afiliación, pues, es bastante ficticia porque aquél carece de control sobre sus miembros y éstos de obligaciones para con el mismo[28].

En el sistema de partidos norteamericano la designación de los candidatos también difiere al modelo inglés, ahí veíamos que el jefe del partido era indiscutiblemente designado para el cargo máximo, en este caso como Primer Ministro, ello no ocurre en el sistema norteamericano, aquí los candidatos son designados a través de dos procesos, las convenciones dentro de cada partido y las elecciones primarias, en las cuales no sólo pueden participar los miembros del partido sino aún personas ajenas a este.

La estructura de las organizaciones partidarias se ha comparado a un torta de capas, más bien que a una cadena de transmisión de órdenes. No se trata de una torta común, sino de una torta de bodas que tiene cuando menos cuatro o cinco sectores geográficos distintos. Los precintos constituyen la capa más baja y en la cumbre está la figura solitaria del presidente del comité nacional del partido.



Los jefes titulares de los partidos son el presidente en funciones y el candidato derrotado del otro partido, pero sus posiciones son de variable importancia, a diferencia de lo que ocurre en Gran Bretaña, debido a que algunos candidatos presidenciales han ejercido poca influencia durante los cuatro años siguientes a su derrota en las elecciones.

Por otro lado, la idea de un bipartidismo norteamericano siempre se asoció a la presencia de sólo dos partidos, el Demócrata y el Republicano, lo cual no resulta cierto, en realidad se trata de los partidos que en conjunto logran por lo general el 90% de la votación, pero además de estos grandes partidos existen una gran variedad de pequeños y a veces efímeros partidos, aunque como ya dijéramos en algunos Estados estos pequeños partidos logran imponerse a los partidos mayores relegándolos a un tercer lugar, E.E, Robinson[29], en su libro informa sobre la actuación de los pequeños partidos en las elecciones presidenciales, según Robinson, el número de partidos que han tomado parte en las elecciones presidenciales de 1836 a 1932 fueron; 17,14,12,13,11,11,15,12,15 y 11, dato interesante a tener en cuenta.


Finalmente, un último aspecto que quiero destacar es el hecho que a diferencia de lo que ocurre en el sistema inglés, los representantes políticos elegidos para la Cámara de Representantes o el Senado no suelen votar de acuerdo a consignas partidarias, sino de acuerdo a criterios personales, es así que para cada proyecto legislativo cada grupo trata de buscar el mayor número de adherentes a su causa, han existido ocasiones en las cuales los proyectos del Presidente han sido más votados por Representantes del partido contrario que por su propio partido, esto no podría ocurrir en Gran Bretaña donde si existe una disciplina partidaria.

7. Conclusiones

Como vemos, existen grandes diferencias entre ambos sistemas de partidos, que nos llevan a preguntarnos si podemos clasificarlos en el mismo grupo, estas diferencias no sólo se dan en el plano de la estructura u organización del partido, sino también en la forma como designan los candidatos, en el plano de los programas del partido y aún más en la relación que mantienen entre sí el jefe y los militantes del partido, sobretodo entre aquello que aspiran llevar a cabo una carrera política, pero tal vez la diferencia principal sea el mismo sistema político en el que se insertan estos partidos tal y como ya lo reconocía Arendt Lijphart[30] , cuando hablaba de las democracias de estilo mayoritario como Inglaterra y las democracias de estilo consensual, o sencillamente por tratarse de un gobierno Parlamentario y el otro Presidencial, lo que definitivamente marca grandes diferencias no solo en la forma de organizarse sino en las demás estructuras que coexisten a su alrededor.

Se requeriría de un trabajo más extenso para poder ofrecer una alternativa de clasificación y solución a este problema, en todo caso queda la inquietud y la voluntad para seguir clarificando aspectos de interés para la ciencia política, habría que decir mucho más, pero prefiero terminar aquí, aún cuando debo confesar que lo hago con una sentimiento de insatisfacción, el tiempo nos volvió a ganar en esta tarea.




BIBLIOGRAFÍA
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-       Johnson, Nevil "Los límites de la ciencia política" Ed. Tecnos, España 1991.
-       Laswell,  Harold "Psicopatología y política"  Ed.  Paidós,  Argentina, 1963.
-       Manheim, Jarol "La política por dentro" Ed. Gernika, México 1983.
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-       Deutsch, Karl "Los nervios del gobierno" Ed. Paidós Argentina 1971.
-       Almond. Gabriel y PoweII "Política comparada" Ed. Paidós Argentina 1973
-       Sorauf, Francis "Ciencia política: una sencilla visión  general"  Ed. UTEHA, México, 1967.
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-       Merkl, Peter "Teorías políticas comparadas" Ed. Roble, México, 1973.
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-       Duverger, Maurice "Los partidos políticos" Ed. F.C.E., México 1961.
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-       Mckenzie, Robert "Partidos políticos británicos" Ed. Taurus, España, 1960.
-       E. E. Schattschneider "Régimen de partidos"  Ed. Tecnos, España, 1964.


[1] Giovanni Sartori: "La política: lógica y método en las ciencias sociales".
[2] Gabriel Almond: “Mesas separadas” en: Una disciplina segmentada.
[3] David Easton: "Política moderna".
[4] Nevil Johnson: "Los límites de la ciencia política".
[5] Harold Laswell: "Psicopatología y política".
[6] Jarol Manheim: "La política por dentro".
[7] David Easton: "Esquema para el análisis político".
[8] Karl Deutsch: "Los nervios del gobierno".
[9] Gabriel Almond Y Powell: "Política comparada".
[10] Francis Sorauf: "Ciencia política: una sencilla visión general".
[11] Basta señalar los trabajos de Eduardo Andrade Sánchez "Introducción a la ciencia política", Gianfranco Pasquino "Manual de ciencia política", Miquel Caminal Badía "Manual de ciencia política", entre otros.
[12] Entre estos se encuentran: Almond y Powell "Política comparada", Peter Merkl  "Teorías políticas comparadas", Bertrand Badie "Política comparada".
[13] Como es el caso de Marcel Prelot "La ciencia política", Francisco Miroquesada "Introducción a la ciencia política", Pablo Lucas Verdú "Principios de Ciencia Política".
[14] Giovanni Sartori: "Comparación y método comparativo" en La comparación en las ciencias sociales.
[15] Giovanni Sartori: "Partidos y sistemas de partidos".
[16] Jean Blondet: "Introducción al estudio comparativo del Gobierno".
[17] Giovanni Sartori: "Partido y sistema de partidos" Pág. 232.
[18] Op. Cit. Pág. 232.
[19] León Epstein: "Los partidos políticos en las democracias occidentales".
[20] Peter Merkl: "Teorías políticas Comparadas".
[21] Op cit. Pag-290-291
[22] Ostrogorski: "Democracia y organización de los partidos políticos".
[23] Robert Mckenzie: "Partidos políticos Británicos".
[24] Alexis de Tocqueville: "La democracia en América".
[25] E.E. Schattschneider: "Régimen de partidos".
[26] E.E. Schattschneider: "Régimen de partidos" Pág. 75.
[27] Op. Cit. Pág. 81.
[28] Op. Cit. Pág. 81.
[29] E.E. Robinson: "El voto presidencial" Pág. 33.
[30] Arendt Lijphart; "Las democracias contemporáneas".